Las zonas rurales europeas se enfrentan a diferentes retos relacionados con la pobreza y la exclusión social. La proporción de la población de la UE-27 que se enfrenta al riesgo de pobreza o de exclusión social es más elevada en las zonas rurales que en las urbanas; así, en 2019, más del 23,6 % de la población estaba en riesgo de pobreza o de exclusión social, mientras que las personas que vivían en las ciudades registraban tasas más bajas. Para abordar estas disparidades, el punto de contacto de la REDR ha prestado una especial atención a diferentes grupos vulnerables, como los constituidos por los jóvenes, las mujeres, los migrantes, los mayores, las personas con discapacidad y las minorías.
Además, muchas zonas rurales se encuentran inmersas en el denominado «círculo vicioso del declive», que está provocado por dos tendencias que se refuerzan mutuamente: 1) escasez de actividades empresariales sostenibles, y 2) inadecuación y deterioro de los servicios. Abordar estas cuestiones y crear un entorno que permita contrarrestar la tendencia demográfica de la despoblación, resulta esencial para lograr unas zonas rurales vibrantes.
